martes, 13 de enero de 2009

serian diez mil los afectados El “Plan inquilinos” de Moreno, una trampa financiera

El caso de Diego Ferrari es, probablemente, el más paradójico de los deudores hipotecarios en problemas de la Argentina. Este vecino de Sáenz Peña, partido de 3 de Febrero, es uno de los pocos “afortunados” que obtuvo un crédito del Plan inquilinos, que motorizó el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, en una de las tantas embestidas contra el empresariado. En ese caso, se trató de la banca, a quien acusaba por las condiciones que aplicaban a los créditos. Oficialmente se lanzó el 15 de septiembre de 2006, bajo la consigna “cuota idéntica a un alquiler”.

En marzo, la cuota de $ 970 que Ferrari paga mes a mes por su departamento de 40 m2, en el 3° piso de un edificio sin ascensor, pasará a costar 2.350 pesos. “Si alquilara por ese precio, no me imagino dónde viviría”, ironiza Ferrari.

Otras diez mil personas obtuvieron una línea de crédito dentro de ese plan gubernamental. Son hipotecas con dos años de tasa fija, y entre 18 y 28 años de tasa variable, según los montos y plazos de cada contrato en particular. Entre fines de 2006 y principios de 2007 se tomaron la mayoría de esos diez mil créditos, por lo que en pocos meses se terminará el plazo de tasa fija y las cuotas se dispararán.

“Yo pienso que por ahí no todo el mundo está revisando su crédito en Internet, que no sacan las cuentas todos los meses, me parece que más de uno se va a llevar un chasco”, advierte Ferrari.

El Plan inquilinos fue anunciado con bombos y platillos por Moreno en la Casa de Gobierno hace más de dos años. En esa ocasión, de la foto participaron los directores de los principales bancos públicos y privados del país. La intención del plan era reactivar el mercado inmobiliario y, al mismo tiempo, rebajar el valor de los alquileres acercando las cuotas de un crédito al valor de estos últimos. Como muchos de los interesados no eran sujetos de crédito según los bancos, se buscó una forma alternativa para otorgar los créditos. “Van a tener que modificar el sistema de evaluación del deudor, hacer estudios ambientales del cliente, enviar un asistente social”, enumeraba Moreno por aquél entonces. “Hay que barajar y dar de nuevo”, sentenció. Esas maneras alternativas encontraron dificultades de aplicación, por lo que el plan no tuvo el éxito esperado por sus creadores.

El inquilino. Ferrari trabaja en una empresa norteamericana de informática, que con sede en la Capital. “El año pasado cambió de dueños, por lo que no hubo aumentos, este año ya nos comunicaron que no vamos a tener aumentos en todo el año”, relata. Su sueldo es de $ 3.800, al que complementa con $ 400 de un subsidio que recibe su esposa desde que se quedó sin empleo.

“En marzo, cuando se me termine el plazo de tasa fija, la cuota va a pasar a equivaler más del 50% de los ingresos de mi familia, no voy a tener aumento y los precios no son los mismos del año pasado”, cuenta.

“Nosotros no queremos que nos regalen nada, somos dueños de una única vivienda familiar a la que compramos porque creímos en el país, y queremos pagar peso por peso, pero de manera razonable”, opina el vecino de Sáenz Peña.( Diario Perfil de Buenos Aires)

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