domingo, 21 de diciembre de 2008

Osvaldo Granados

Por OSVALDO GRANADOS
Los números que se conocieron en las últimas horas explicaron en parte la catarata compulsiva de anuncios económicos de estas últimas dos semanas.
Todo parece muy confuso, y la incertidumbre y el miedo a gastar dominaron la escena de los consumidores
Esos números los conocía Néstor Kirchner desde hace tiempo, mucho antes de que se publicaran. En síntesis, la producción siderúrgica se desplomó en noviembre un 25% comparado con el mismo mes del año pasado, y una cifra similar con respecto a octubre.Además, los empresarios anticipan que las cifras de diciembre vienen mucho peor. Son resultados de una industria clave que provee insumos para la construcción y la metalurgia.La caída en la producción de autos fue del 28%. La actividad industrial en su conjunto sufrió una baja del 6%.Para equilibrar el clima, el INDEC señaló que en el tercer trimestre la economía creció un 6,5%. Todos los economistas consultados señalan que, tal como en su momento el INDEC manipuló las cifras de los precios cuando había inflación, ahora hace lo mismo con el crecimiento.Esto se parece a los cumpleaños cuando se contrata un mago para entretener a los invitados. El truco de esta semana estuvo a cargo de la ANSES que utilizó fondos para hacer subir la Bolsa y neutralizar el efecto psicológico negativo.El agente de bolsa Héctor Bacqué fue el encargado del armado de esa escenografía. Todo es posible en: "Guillermo en el país de las Maravillas". En este caso un remedo tercermundista de Alicia. A esta altura ya no es sensación térmica sino un "parate" mucho más profundo de lo que creía el Gobierno.Por eso la eliminación de la tablita de Machinea, el blanqueo de capitales, la moratoria, los proyectos para comprar autos a tasas subsidiadas y los créditos personales subsidiados. El dinero que estaba en las AFJP, a esta altura está para todo servicio.¿Qué pasa con la gente?. Los anuncios de planes para adquirir automóviles cero kilómetro terminaron de pulverizar las ventas de noviembre. Todo parece muy confuso, y la incertidumbre y el miedo a gastar dominaron la escena de los consumidores.El plan de obra pública recién tendrá efecto en el 2009, mientras tanto hay que pasar el verano.El Gobierno necesitaba dar alguna señal de confianza para el próximo año. La esperanza de Argentina está atada a un rebote de los precios de la soja, maíz, trigo, petróleo y aceites.Mientras tanto, ¿podrá Argentina financiarse para pagar los 22.000 millones de dólares que vencen en 2009 entre capital e intereses de la deuda?Al mismo tiempo, en un año electoral, ¿se podrá aumentar el gasto público un 30% como pretende Néstor Kirchner? De que haya o no financiamiento suficiente dependerá el tipo de cambio.Primero se dejo trascender que se llegará a un acuerdo con los bonistas que quedaron afuera del canje, para intentar luego abrir algunas ventanillas de crédito internacional.Ahora se indica desde Olivos que con los 14.000 millones de pesos provenientes de las AFJP y los dólares que entrarán por el blanqueo será suficiente.La crisis está impactando mucho más fuerte de lo que se pensaba. Subestimaron la posibilidad de recesión. Es evidente que se necesitará sintonía entre dólar y tasas para evitar otra corrida.En setiembre se terminaron 77 meses de expansión. El dólar se acerca a un tipo de cambio cercano al 1 a 1 de la convertibilidad. En 16 meses se fueron 29.000 millones de dólares, lo que equivale a 7 puntos del PBI.Se sabe que Débora Giorgi y Sergio Massa analizan una reducción de cinco puntos en las retenciones al girasol y a la soja. Pero dependen del visto bueno de Néstor.Los economistas a los que consulta el Gobierno señalan que la recesión no se podrá evitar. Hoy existe desconfianza para invertir y para gastar. Un objetivo clave es convencer a los que deciden en las empresas: hay que evitar que por desconfianza se queden en dólares sin importar las tasas de interés que se paguen.Lo que hay que cambiar son las expectativas. Los discursos de esta semana del ex presidente Kirchner no ayudaron. Crispación, intolerancia, insultos y diatribas a diez meses de las elecciones nos auguran tiempos difíciles. ( Diario El Día de La Plata )

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